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The Future abril 27, 2009

Cuando estamos chicos y gozamos de algunas posibilidades, normalmente imaginamos tener un futuro provisorio. Sueños que se realizarán, ideas que se concretarán, anhelos que se lograrán; casi no pensamos en los desengaños, en los tropiezos, en los reveses. Es «el futuro», y «el futuro está abierto de posibilidades”.

Y hoy, aunque las personas no caen fulminadas junto a uno en la calle, la tensa calma de una ciudad con un movimiento cotidiano de más de 20 millones de personas, pareciera un presagio oscuro, pareciera la promesa cumplida de un ominoso futuro ante un comportamiento egoísta.

Sé que en esta ocasión mi tono es otro y es que, confiésoles, estoy preocupada. La situación que se está viviendo en Ciudad de México y en otros estados de la República es seria y me suscita algunas reflexiones.

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Hay diversos tipos de reacciones, evidentemente, no todos reaccionamos igual. El viernes por la mañana estaban por ahí los que no se habían enterado del —oportuno, sí cómo no— aviso de la Secretaría de Salud del jueves, que se emitió a las 11 de la noche, no un horario precisamente triple A. ¿Qué pasó, dos horas antes no sabían lo que supieron a las 11? ¿O no le habían terminado de escribir el chafa-discurso al secretario? Y este grupo de personas, no enteradas, sacadas de onda, incluso algunos, llegaron a la escuela de sus hijos a dejarlos, y nada. Y claro, ahí empezó la complicación de la rutina: no hay escuela, ¿dónde dejar a los hijos? Los ya grandecitos se cuidan solos, pero ¿qué hay de los más pequeños? Ese problema sigue, aunque dicen, “debe haber flexibilidad laboral y sensibilidad social”. Ajá. Sí. Seguro va a funcionar.

El otro grupo de personas fue aquel que simplemente siguió las recomendaciones, indagaron más información y listo. Pragmatismo sencillo y puro.

El tercer grupo es el de la teoría de la conspiración y tiene dos vertientes: la que considera que en realidad no está pasando nada —lo cual denota una profunda desconfianza en el gobierno— y el que cree que en realidad está pasando mucho más de lo que nos están diciendo —lo cual denota una profunda desconfianza en el gobierno—. Bueno, por ahí hay hasta quien cree que ya se están cumpliendo profecías porque el presidente de EU es negro…

Lo grave no es que no haya información, la hay, lo grave es que la mayoría de las personas no confiamos en el gobierno. No les creemos todo, para bien o para mal. A priori, la desconfianza es tal que pensamos que las cosas pueden estar o mucho peor o que se está exagerando la nota.

¿Cuál es la justa medida? ¿Por qué creerle ahora si en otras ocasiones han mentido descaradamente? —en el 85: «vuelvan a sus casas, no pasa nada, lo tenemos bajo control», ajá, claro; en las elecciones, no claro, no hay fraudes; en las promesas electorales, sin ir más lejos…—  ¿Por qué si hay teorías inteligentes, verdades que han salido a la luz, historias impactantes, en las que el gobierno no cuidó los intereses de la gente? ¿Por qué si todo mundo «sabe» que la población no es su principal interés? (Gracias a la Bere por el link anterior.)

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Hmnnn tuve que salir intempestivamente de la oficina porque acaba de temblar. 5.7 grados Richter en Ciudad de México. Todos ahí, abajo, con tapabocas. Bueno, no todos con tapabocas, pero sí todos evacuados. Evacuados y con influenza porcina alrededor.

Pienso que vivimos la vida sin pensar la vida. No vivimos una metavida, y eso es obvio, no podemos vivir pensando en cómo vivimos y para qué y por qué, todo el tiempo; sería la locura completa. Pero una pequeña dosis de conciencia… nos beneficiaría muchísimo.

No sabemos si el virus está relacionado con el amplio y complejo tema del cambio climático; yo sospecho que sí, ¿por qué? No sé, ¿Intuición? ¿Desconfianza? ¿Exceso de conspiranoia? No sé.

De lo que sí estoy segura es que todas las personas somos responsables de lo que sucede en nuestro entorno. Tal vez de maneras sumamente indirectas, pero lo somos. No somos víctimas irreductibles de la conspiración mundial y si lo fuéramos, vergüenza debería de darnos, por permitirlo. No somos víctimas totales de un estado que “sembró un virus para meter al ejército a las calles y de manera legitimada”. No somos víctimas completas de un sistema de salud que “no sirve”, que “no dice realmente lo que está pasando”, que “nos miente”. Y si lo somos, vergüenza debería de darnos, o como dicen los anglos, shame on us. No somos víctimas absolutas de la desinformación y la desorganización.

Somos responsables. Co-responsables. Por no informarnos, por no corroborar datos, por esparcir rumores, por no organizarnos, por no interesarnos en lo que sucede más allá de nuestras narices, por sospechar de todo, por no sospechar de nada, por ser acríticos y apáticos, por tener demasiado miedo, por ser temerarios, en resumen, por haber olvidado el menos común de los sentidos: el sentido común. Y si acaso somos víctimas, es de nosotros mismos, por permitir y generar las circunstancias, aunque sea de maneras muuuuuy indirectas.

Y aunque lo parezca, no quisiera transmitir una sensación culpígena, y de azote total. “Mea culpa, mea culpa.” NO. Nada más lejos de eso. Res-pon-sa-bi-li-dad. Es totalmente diferente a la culpa. Vean en el diccionario.

Y como estoy apocalíptica porque el mundo no se va a acabar sino que se está acabando así solito, «sin ayuda de nadie»… pétit à pétit… no puedo dejar de pensar en el futuro. ¿Cómo van a aprovechar políticamente la situación las autoridades? ¿Saldrá mucho cochinero alrededor del tema? ¿Saldrán a la luz mentiritas y mentirotas? ¿Hasta dónde crecerá…? La capitalización de las tragedias no es nueva. Katrina es uno de los mejores ejemplos. ¿Cómo va a ser  aquí? ¿Están listos los corporativos? ¿El gobierno ya contempló todas las posibilidades para «aprovechar» la situación? Ahora, como según yo somos co-responsables, ¿Cómo hacemos para no dejarnos mangonear? ¿cómo hacemos para no caer en el pánico ni en la cínica negligencia del «descreimiento»?

Tampoco puedo dejar de pensar en otro futuro, en The Future, de Leonard Cohen. Y les dejo aquí los pedacitos que más me dicen… hoy, de lo que está sucediendo. Y sé que Leonard Cohen se merece más que una referencia aislada para ilustrar una epidemia… y ya vendrá, ya vendrá.

Take the only tree that’s left
and stuff it up the hole
in your culture
Give me back the Berlin wall
give me Stalin and St Paul
I’ve seen the future, brother:
it is murder.

Things are going to slide, slide in all directions
Won’t be nothing
Nothing you can measure anymore
The blizzard, the blizzard of the world
has crossed the threshold
and it has overturned
the order of the soul
When they said REPENT REPENT
I wonder what they meant

I’ve seen the nations rise and fall
I’ve heard their stories, heard them all
but love’s the only engine of survival
Your servant here, he has been told
to say it clear, to say it cold:
It’s over, it ain’t going
any further
And now the wheels of heaven stop
you feel the devil’s riding crop
Get ready for the future:
it is murder

Además, para quienes andan en eso de la sobre información, aquí les dejo diverso link para consultar la noticia desde diferentes perspectivas, idiomas y continentes: The New York Times, The Guardian, Radio Francia Internacional (en español), A Folha, National Public Radio, Radio Canada, BBC, El Clarín y el mapa del contagio; acá un confiable compendio informativo que hicieron un par de amigos que trabajan en cuestiones médicas. Gracias Ara y Gabo.

Ah y no olvidemos: todos tenemos derecho a no dar la mano ni saludar de beso, a usar un tapabocas, trabajemos donde trabajemos, a exigir flexibilidad laboral, a vivir miedo y preocupación, a informarnos a toda costa, a preguntar lo mismo una y otra vez hasta que quede claro, a organizarnos y a exigir que el Estado garantice nuestro derecho a la salud, a cuidarnos y encerrarnos, y con todo esto, la obligación de respetar lo que los demás decidan que quieren hacer consigo mismos, sin poner a otros en riesgo. Suena redundante, pero la verdad es que ninguna pepenche autoridad está diciendo esto así de explícito. Y es preciso.

pd.1: Click aquí para ver muestra de botón de la capacidad idiosincrática nacional para «sobrellevar» las emergencias. (Y si ya no está el vídeo en youtube, nomás busquen «cumbia de la influenza», como que la andan quitando del portal… ¿por qué será?)

pd.2: la OMS acaba de elevar a 4 la alerta en México.